martes, 31 de marzo de 2009

$$$ HELL...

Esta claro que en su singularidad no es problema de ninguno… El acto simbólico consiste en tachar el isotipo de la compañía. Tanto las multas como las responsabilidades que se les achaquen a personas físicas, aparecidas como chivos expiatorios, perpetúan la cintura de la personería que es la corporación. Sin embargo, sabemos todos bien por experiencia directa que $hell sigue con su nefasta política habitual en todo el mundo, adicionado, incluso, a que nosotros cómplicemente colaboramos con su desarrollo.


Entre el verano de 1993 y la primavera de 1994, una dura represión del ejército del dictador Abacha acaba con la vida de miles de ogonis, cientos de ellos fueron encarcelados y los bienes de otros miles fueron expropiados. Junto con la fuerza que alcanzó el MOSOP llegaron las divisiones internas, fruto de las cuales, en el transcurso de unos disturbios acaecidos en la primavera de 1994, cuatro jefes ogonis fueron asesinados. Saro Wiwa fue de nuevo detenido junto con otros ocho compañeros del MOSOP bajo la acusación de haber participado en los asesinatos. Fue juzgado en un juicio militar sin garantías en febrero de 1995. Para el jucio se constituyó un tribunal especial de acuerdo con el Decreto 2 de 1987 sobre Disturbios Civiles, que facultaba al jefe de Estado para constituir un tribunal especial, fuera del sistema judicial normal, para juzgar casos relativos a sublevaciones y disturbios civiles. El tribunal debía estar presidido por un juez y debía contar con un oficial en servicio de las fuerzas armadas. El gobierno militar confirmaba o anulaba a su arbitrio las condenas de este tribunal y no existía el derecho de recurrir judicialmente a una jurisdiccion superior o independiente. El 10 de noviembre, pese a las peticiones de clemencia de la Organizacion de la Unidad Africana (OUA), la Comision Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, la ONU y otros organismos, así como de varios líderes internacionales entre los que se contaba Nelson Mandela, Ken Saro Wiwa, premio medioambiental Goldman y candidato al premio Nobel de la Paz, fue ahorcado junto con sus compañeros. Además de él, también Barinem Kiobel, antiguo ministro del estado de Rivers, era considerado preso de conciencia por Amnistía Internacional, y la organización consideraba posibles presos de conciencia a los otros siete ejecutados: John Kpuinen, Baribo Bera, Saturday Dobee, Felix Nwate, Nordu Eawo, Paul Levura y Daniel Gbokoo. Las petroleras instaladas en el Delta del Níger funcionan como verdaderos poderes fácticos, pequeños gobiernos regionales, y los mismos cánones de conducta social, económica y ambiental que rigen en los países de los que proceden y a los que fluyen los beneficios son olvidados en el territorio de Nigeria, incluso tras la restauración de un régimen de garantías civiles en 1999. La Shell, que, a raíz de estos y otros sucesos, incluyó códigos de respeto a los derechos humanos y al desarrollo de los pueblos en sus estatutos, admitió que, en su momento, había instado al gobierno a una intervención de las fuerzas armadas para sofocar las protestas ogonis. Existen registros de varias solicitudes oficiales de Shell a la Mobile Police Force, las siniestras fuerzas antidisturbios del régimen, para reprimir manifestaciones en contra de su actividad en la zona. Fruto de estas represiones solicitadas por Shell hubo 8 muertos en 1989, 15 en 1990, un muerto y decenas de heridos en 1993, numerosas detenciones y disparos contra la multitud en 1994. Shell proporcionó armamento entre 1993 y 1995 al gobierno del dictador Abacha. La empresa justificó la venta de armas aduciendo la necesidad de defender sus instalaciones petroleras. Según el hermano de Saro Wiwa, el entonces director de la Shell en Nigeria, Brian Anderson, le garantizó la integridad de Ken si el MOSOP cesaba su campaña.

“Lo que cuenta en los mercados es aumentar el haber financiero. Si tiene mil millones de dólares, quiere tenes mil millones más. Quiere aumentar los mil millones no disminuirlos. ¡Y lo tiene que hacer ahora! No mañana o dentro de 5 o 20 años. En este momento la economía mundial esta dominada por la orden del día, una agenda que solo ve el día de hoy, el corto plazo. No existe el largo plazo en el economía de mercado. Pero una sociedad sin cultura del largo plazo no es una sociedad, una sociedad que no prevé que hará con sus viejos, que será de los ríos dentro de treinta años. Una sociedad sin cultura del largo plazo es la selva. El mas fuerte domina al más débil. Y así se eliminan siempre más y más débiles y se derrochan descomunalmente los recursos de la humanidad. De la gente.”

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